TRILCE ISLA LITERARIA

TRILCE ISLA LITERARIA

miércoles, 26 de febrero de 2014

DOS RELATOS DE ESTRELLAS Y CUCHARILLAS

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- ¡Qué noche tan bonita y romántica! Las estrellas se reflejan en tu cucharilla.
- No son estrellas, es una mancha, a ver si limpias mejor la cubertería que luego nos mojamos en el café toda la mierda, y déjate de chorradas que va a empezar el fútbol.
- Sólo pretendía ser amable, bueno ser amable y también... intimar, ya sabes que es sábado, intimar un poco y..., quería ser amable, nada más.
- Pues ya lo has sido, objetivo alcanzado y ración de miel diaria engullida, mañana más, ¿dónde está el mando de la tele?
- No lo sé mi amor, ya sabes que eso es cosa tuya, to no me fijo...
- No, no te fijas, eso es cierto. Lo habrás tirado a la basura, no te fijas en lo que haces.
- Deja el fútbol, mañana puedes ver el reportaje, olvida el partido y vamos a la habitación... vamos a querernos como cuando nos queríamos.
- Hoy no, este partido es muy importante, cuando termine, si ganamos, ya veremos y si perdemos..., quizá mañana.
- Qué arisca eres- dice el esposo dando la batalla por terminada y la guerra por perdida-, para una vez que intento ser romántico.

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La noche se introduce por las rendijas de la persiana y deja el reflejo de una estrella en tu cucharilla, porque tu cucharilla sigue estando allí, en tu mesita, donde tu la dejaste tras tomar tu última pastilla.
La noche accede a mi vida por las rendijas del recuerdo y su oscuridad es larga desde que te fuiste, muy pronto hará el año.
Los días puedo soportarlos, ya sabes: el trabajo; la casa; los niños que por mayores que se me hacen jamás dejarán de ser niños; tu sonrisa inmortal observándome desde la pared; tus ojos sin brillo anclados en la ausencia de pestañeo, inmóviles por siempre varados en el dibujo.
Cuando anochece te hablo, te consulto mis dudas, te confieso mis agobios, te hago partícipe de mis miedos y, a cambio, sólo obtengo silencio.
Silencio, sí, pero no el tuyo, callado, tibio y cercano..., no; otro silencio distinto, frío, lejano y yerto como de sepulcro.
Un silencio gris, resignado y triste de lunes eterno.

Ángel Utrillas

4 comentarios:

  1. La semana pasada un cliente vino a la oficina. Dentro de dos días haría un año que su mujer murió, de repente. Me hablaba de ella y se emocionaba diciendo "cuantas cosas no le dije, cuantos te quiero, cuantos besos no le di cuando puede hacerlo". Eso le ponía triste. ¿Y cuantas cosas bonitas hiciste y dijiste?, le dije yo. Y él, sonriendo, recordaba como días antes, por San Valentín, le había regalado un ramo de rosas,...

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  2. Sí, emtiendoperfectamente lo que esa persona siente, es parecido a lo que quise reflejar yo en el relato, la única diferencia es que yo al escribirlo pensaba en mi padre y tras 22 años de su desaparición todavía me entristece lo que no le dije.
    Gracias por tu visita y tu lectura, María.

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  3. Así es, más vale decir lo que uno siente a sus personas queridas, porque lo único que de verdad poseemos es el ahora.
    Merece la pena meditar sobre ello.
    Mamen Manzano.

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  4. Es cierto que a veces no decimos todo lo que realmente queremos expresar, porque pasado un tiempo o por la costumbre de la convivencia nos da pereza hacerlo y vamos dejando pasar los años sin hacer cambios. Hay quien dice que todo tiene un desgaste, aunque en lo referente a los sentimientos,si no los descuidamos, pueden perdurar por siempre..Es como las plantas..Hay que regarlas asiduamente para que no mueran.

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