TRILCE ISLA LITERARIA

TRILCE ISLA LITERARIA

viernes, 28 de junio de 2013

VALDEMORO



Valdemoro amanece…
Como cualquier lugar tal vez,
pero con aires de antaño.
Sus tejas se tiñen de colores de otras épocas,
iluminadas  por el profundo destello,
de los rayos que apenas despiertan.
Valdemoro bosteza…
Sintiéndose villa de ferias y ganados,
rescatando los recuerdos,
de fiestas y corridas taurinas,
con el pensamiento de que siempre,
será verde y luminoso,
como un campo recién segado.
Valdemoro se levanta…
Con paso firme y decidido,
evocando en cada calle o fachada,
el esplendor de su día a día.
Resurge del letargo del sueño,
de la noche acompasada y lluviosa,
buscando matices en la frondosa naturaleza.
Valdemoro almuerza…
Con gente que pasea y visita,
sus múltiples edificios.
Escucha los murmullos de noticias
presentes y futuras,
en la aparente quietud
de su espíritu inanimado.
Valdemoro sestea…
Mientras el calor de las casas
olvida sus calles frías de invierno,
aunque siempre hospitalarias
al peregrino que llega,
buscando en su historia
ecos de duques y reyes.
Valdemoro atardece…
Entre fogones y libros.
Se regocija con las risas y juegos de los niños,
que siembran de alegría,
sus paseos y avenidas.
Se prepara y recoge presuroso,
la cosecha fértil,
de otra jornada más de dulce sosiego.
Valdemoro duerme…
Con ruedas de carro y sillas de mimbre,
agradeciendo y reviviendo cada segundo,
de lo que fue, es y será.
Se despide con amor y cariño,
sin olvidar jamás, que bajo el lustroso pavimento
se esconde el corazón de un humilde y cariñoso pueblo.


Mamen Manzano García.

miércoles, 26 de junio de 2013

Promesas y deudas



Miró su reloj. Eran casi las tres de la madrugada. Hacía nueve horas que estaba sentado en esa mesa, a punto de perder lo poco que le quedaba. Demasiadas excusas y un sinfín de promesas incumplidas, le habían convertido en un ser despreciable ante los ojos de su mujer, sus hijos y los amigos que de verdad lo eran. Un trío de ases, quizá fuera suficiente, aunque las gotas de sudor que perlaban su frente, delataban que no estaba tan seguro de ello. Aún así, estaba obligado a continuar. Puso sus cartas en la mesa. Las piernas se le aflojaron al ver el póquer de Reyes, que acababa de arrebatarle el dinero destinado a la curación de su hijo pequeño. No debía haber tocado jamás ese dinero. Pero lo hizo. Salió de aquella habitación, decidido a suicidarse. No podía regresar a casa y aceptar que había vuelto a fracasar de nuevo. Se sentó en un banco a pensar como lo haría, mientras el humo de un cigarrillo le quemaba los pulmones. Como muchas otras veces, reconoció que le faltaba valor para todo y aún más, para tomar una decisión de ese calibre. La desesperación le llevó a invocar al cielo y al infierno pidiendo ayuda, aunque sin demasiada convicción. Al averno le ofreció su alma. A Dios, la promesa de cambiar y una penitencia que conllevara dolor físico. Esa misma semana, el destino le sorprendió y le hizo millonario. Era demasiado bonito para ser verdad, pero lo cierto es que lo era. Tenía muy reciente su promesa, por lo que decidió cumplirla. Hizo el camino de Santiago a pié y los últimos cinco kilómetros de rodillas. Comenzó un cambio radical en su vida, recuperando el cariño de sus seres queridos. Una noche, se despertó sobresaltado. Estaba empapado en sudor y tremendamente asustado. Acababa de tener un mal sueño. El mismísimo diablo le había visitado, reclamándole su alma. Fue entonces cuando recordó algo que había escuchado alguna vez. “En cuestiones de amor y dinero, no le pidas al cielo”. Había jugado su última partida, perdiendo nuevamente. Porque lo prometido es deuda y las deudas, se pagan.

Luis Renedo.

martes, 25 de junio de 2013

UNA LIMOSNA



      Entre la viscosidad del lodo que se amontonaba en el centro de la plaza  producido tanto por las eternas lluvias como por las inmundicias, orines y deshechos que se vertían desde las ventanas de confortables  posadas y casas; aún se podía encontrar algún vestigio de vida. Ya hacía varias horas que las sombras cubrían el pequeño pueblo medieval aunque bien podríamos estar hablando de una villa anterior como de una gran ciudad moderna en pleno Siglo XXI.
      A pesar de la bajeza del lugar dos pares de ojos vacios de vida rebuscaban entre el cieno algo que llevarse a sus bocas. De repente unos pasos repiquetearon  en el empedrado romano y dos distinguidos caballeros se acercaron a la plaza entonando gráciles tonadillas abrazados para no caerse.
      — Una limosna señores para dar de comer a mi hija —Las palabras quebradas se las llevó el viento mientras los ilustres las bordeaban para ni siquiera acercarse a ellas.
      — ¿Ya tenemos comida? —Gritó la pobre niña con la esperanza inagotable de la niñez.
      La madre, con los ojos llorosos la abrazó tiernamente —Ya pronto niña, ya pronto.
      Pasaron las horas y la noche cerrada cayó sobre sus almas y pasaron dos y pasaron tres y así, uno tras otro, los felices caballeros se recogieron en sus casas sin atenderlas ni tener misericordia de las mujeres.
      Con las primeras luces del alba un mendigo que rebuscaba unos metros más abajo se acercó a madre e hija y les tendió un mendrugo de pan, única cosecha que aquella noche le había traído.
      —La madre fuera de sí se acercó a su hija —¡Ya ha llegado, toma el pan hija mía!
      Pero la niña, fría y blanquecina, no pudo contestar porque aquella noche había cerrado para siempre sus pequeños párpados mientras a unos metros de ella veía pasar sin detenerse la parte más oscura del ser humano.

viernes, 21 de junio de 2013

RECUERDO NEBULOSO

Relato.
Título: Recuerdo nebuloso.

Dedicado para los que en ocasiones trabajamos en turnos de noche que muchas veces no sabemos muy bien ni por dónde estamos.


Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa, no coincidimos en ningún sitio, ella es tan solo un recuerdo nebuloso.
A veces, alguna mañana cuando llego, todavía encuentro las sábanas calientes, impregnadas del tibio tacto de su dulce piel, otras, casi todas las mañanas, me conformo con el almibarado aroma de su perfume apresado en el interior del ascensor.
Nuestra comunicación es casi inexistente, si tenemos que contarnos algo importante nos dejamos notas: un te añoro, azul y en negrita, en el espejo, un compra el pan, amarillo subrayado, en la entrada, un llamó tu madre, verde en cursiva, junto al teléfono, un te quiero, rojo y con mayúsculas, en la nevera…
Ayer surgió un imprevisto y terminé temprano el trabajo, regresé a casa a toda prisa para darle una sorpresa. La encontré en la penumbra del pasillo, recién levantada; la abrace apasionado, le di el mejor de mis besos y cuando iba a empezar a desnudarla me di cuenta.
No era ella.
- ¿Quién eres?- pregunté confuso mientras pensaba:
<< ¿Cuánto tiempo llevaré equivocándome de casa?>>

jueves, 20 de junio de 2013

BIENVENIDA A JUAN F. ESCUDERO

Me llamo Juan, y soy escritor, y veinte cosas más. Mis amigos y familiares siempre comentan que soy un tipo extraño, en el buen sentido de la palabra, que tengo mil aficiones y poco tiempo para desarrollarlas. Yo les digo que soy como el hermano pobre de Leonardo Da Vinci, que sé hacer muchas cosas pero casi todas de forma discreta, siendo generosos.
Y creo que tienen razón en lo de considerarme extraño, siempre fui alguien que iba a lo mío, sin importarme modas ni nada parecido. Soy un español con pinta de escocés, al que no le gusta el vino, ni los toros, ni el flamenco, ni emborrachrme por ahí y que no es creyente. Sí, definitivamente soy raro, debí haber nacido a muchas millas de aquí. Quizás algún día nazca de nuevo donde encajaría más.
Comparto con mis colegas la afición por escribir, eso sí. Nunca pensé que podría vivir de la Literatura, y sigo sin pensarlo, pero tampoco pensé nunca que me publicarían un libro y llevo seis, y dos más en proyecto. Los sueños se cumplen, no siempre, pero si los persigues las posibilidades aumentan, y con Trilce las posibilidades lo hacen exponencialmente.
Me doy la bienvenida a mí mismo a este laberinto de sueños que es la Literatura en su vertiente más pura, la de los aficionados con aires de melancólica esperanza. Señores, es posible que algún día seamos grandes, o acaso no sea así, pero como diría un gran filósofo, "Qué cojones, hazlo de una puñetera vez y lánzate al abismo".

lunes, 17 de junio de 2013

BIENVENIDA A ANGEL UTRILLAS



Ángel Utrillas Novella es uno de los fundadores de Trilce Isla Literaria.

Comenzó a escribir por motivos laborales, afirma que se adentró en la escritura para combatir el miedo de las largas noches encerrado en un edificio donde “sucedían cosas extrañas”. Fue en la primavera del 2007 cuando publicó su primera novela “Silbando en la oscuridad”, en el año 2008 llegó “Tiempo de cerezas”, en el año 2010, la tercera obra como continuación de la primera “La profecía del silencio”. En 2011 publicó una colección de relatos “Recuerdos de lluvia y Cierzo”, en 2012 nos sorprende con una travesía conocida en la cual introduce un último secreto. “El último secreto del Titanic”. En 2013 ha publicado su novela corta Judith y Holofernes.
           
            En noviembre de 2009 finalista del V Certamen SER Madrid Sur con su relato “Sangre sobre lienzo”. Abril 2010 también finalista del II Certamen relato corto Miguel Hernández con su obra “Escríbeme el mar”. Abril de 2011 finalista en el III Certamen de relato corto Miguel Hernández con el texto titulado “Regreso al nicho 1009”. Abril de 2012 de nuevo finalista en el IV Certamen de relato corto Miguel Hernández con el relato “Síndrome de Estocolmo”. Agosto 2012 Ganador del Certamen de relato corto La Risquera con la obra “Matrimonio sin conveniencia”. Marzo 2013 finalista II Certamen de relato corto Bohodón Ediciones, con el texto “El trabajo dignifica al hombre”.


Lunes eterno es uno de sus relatos cortos.


LUNES ETERNO

La noche es una estrella en tu cucharilla, porque tu cucharilla sigue estando allí, en tu mesita, donde la dejaste tras tomar la última pastilla.
La noche es larga desde que te fuiste, muy pronto hará el año.
Los días puedo soportarlos, ya sabes, el trabajo; la casa; los niños que por mayores que se me hacen jamás dejarán de ser niños; tu sonrisa observándome desde la pared; tus ojos anclados en la ausencia de pestañeo del dibujo.
Cuando anochece te hablo y por respuesta solo obtengo silencio, no el tuyo, callado, tibio y cercano, no; otro muy distinto, un silencio frío y yerto como de sepulcro.
Mi última compañía es un silencio gris y triste de lunes eterno.

jueves, 13 de junio de 2013

BIENVENIDA A VICENTE VAZQUEZ



Vicente Vázquez Méndez nació en Madrid hace ya muchos años…
El primer tercio de su vida vive y estudia en San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, posteriormente se traslada al céntrico barrio de Chamberí y continúa estudiando en el emblemático I.B. Ramiro de Maeztu. Ese segundo tercio de su existencia es definido por su propia boca como la etapa que le definió como persona y la que despertó su inquietud por la literatura.
Desde hace ya diez años vive en Valdemoro y hace dos, forma parte del Colectivo de Autores Locales de Valdemoro. Es miembro fundador de la Asociación Trilce Isla Literaria que centra sus esfuerzos en el apoyo y fomento de las letras.
A raíz de una extraña carta encontrada en un pueblo abandonado de la provincia de Toledo se involucra en la creación de su primera novela “Arcanos de piedra”. Una obra de misterio e intrigas históricas que ve la luz en el año 2011 y por la que atiende a numerosas entrevistas en medios de comunicación y recibe una gran acogida entre los lectores.
En el año 2012 publica Legado de Dios, el cariño y la magia que las tierras gallegas le transmiten se plasman en esta obra repleta de misterio, thriller policial e intriga histórica, llevando al lector a la continua sorpresa, que es para él una de las premisas a la hora de escribir.
Actualmente trabaja en la tercera novela, actividad que compagina con sus primeros pinitos en el género del relato corto y el cuento infantil y adulto. Obras que tendremos la oportunidad de conocer en los próximos meses.
El inicio de uno de esos cuentos y que lleva el título de “Alba y el país de los sueños”, es el que a continuación pueden disfrutar….
         *          *          *

— ¿Por qué tienes tantos libros, papá?
—Porque me gusta leer.
— ¿Y qué quieres leer?
—El camino para poder saber.
— ¿Y qué quieres saber?
—Cómo ser libre, hija mía.
La niña escrutó al hombre con sus ojos color avellana.
— ¿Y para qué quieres ser libre?
—La libertad es el bien más preciado para poder viajar y lanzarse a la búsqueda del conocimiento.
— ¿Y cómo lo encontrarás, papi?
—Regresando a los libros, cariño.
La pequeña bajó la mirada al suelo y sin mediar palabra levantó su ligero cuerpo para perderse en la otra habitación. Pasados unos minutos, regresó junto a su padre y, sentándose junto a él, abrió por la mitad un cuento que portaba entre las manos.
—Papá, ¿me ayudas a buscar? —Y sujetando las viejas pastas del libro comenzó a mirarlo con extrañeza.
El padre, lleno de gozo, empezó a leérselo una vez más.
Cuando llevaba un poco más de medio cuento se percató de que su hija respiraba acompasadamente, cerró el libro y después de dejarlo sobre la mesa la llevó en brazos hasta su cama, la tapó con cuidado y tras darle un beso en la frente le deseó dulces sueños.

Aquella misma noche y cuando la oscuridad era completa una luz cegadora apareció en el centro de la habitación. Nadie se dio cuenta porque esa luz tan intensa habitaba dentro de la cabecita de la niña, pero era tan penetrante que la pobre niña se despertó asustada y con la respiración agitada.
Lo primero que hizo fue mirar a su alrededor y al comprobar que aún se encontraba en su habitación recogió su viejo conejo de peluche y lo apretó con fuerza al mismo tiempo que cerraba los ojos.
—No te asustes pequeña —Le dijo con dulzura una voz que provenía desde una de las paredes de la habitación.
La pequeña abrió unos milímetros sus párpados, sin duda contagiada por la armoniosa voz. Y delante de ella, ocupando la mitad  del paño rosa de una de las paredes, una niña un poco más mayor que ella le sonreía con cariño.

miércoles, 12 de junio de 2013

BIENVENIDA A LUIS RENEDO



Luis Renedo De La Peña es uno de los fundadores de Trilce Isla Literaria
Aficionado a la literatura desde hace tiempo, escribo poesía y relatos que nunca publiqué. Es en el año 2010 cuando decido escribir mi primera novela “A pesar de los años” que ve la luz en el 2013. Actualmente colaboro con la revista Vivir Valdemoro y soy miembro del colectivo de autores de la misma localidad. Si tuviera que decir algo sobre mí, sin duda, diría que me encanta contar historias a través de relatos. Historias sobre cosas cotidianas de la vida. Unas veces, son vivencias personales. Otras, historias de los demás, que suceden a menudo, aunque nunca descarto escribir sobre cualquier otro tema, real o ficticio.  Uno de mis relatos es Muerte Solidaria.
MUERTE SOLIDARIA     (Relato Corto)
Me morí un viernes temprano. No eran siquiera las siete de la mañana y eso hizo que me cabreara bastante. Podía haber venido la parca a por mí, un lunes, por ejemplo. Eso me hubiera evitado, madrugar toda la semana, ir a trabajar y ocuparme de un montón de problemas. Pero como ella es así de caprichosa, se empeñó en fastidiarme el fin de semana, algo, que no se lo perdonaré nunca. Después de estar obligado a permanecer todo un día en el tanatorio de cuerpo presente, mi alma, se fue a no sé qué dimensión. No era el cielo y tampoco el infierno, o al menos no como yo me lo había imaginado. Es cierto, que había mucha gente vagando sin rumbo, al igual que lo estaba haciendo yo, pero no parecía que se encontraran mal. Después de un buen rato de ir hacia ningún sitio, me encontré con Eusebio. Nunca hubiera esperado verlo en ese lugar. Tanto como se cuidaba y ya ves, estaba tan fiambre como el resto de los que estábamos por allí. Eusebio era de los que nunca fumaron, ni bebieron alcoholes fuertes, ni... tuvieron ciertas necesidades. No probaba la sal en las comidas y todo pasaba por la plancha antes de ser engullido. Eso sí, el vasito de vino diario, no lo perdonaba ya que los taninos del tinto, con su efecto antioxidante, le conservaban en buen estado, haciéndole parecer más joven de lo que era en realidad. La muerte, se portó bastante bien con él, ya que vino a buscarlo un domingo por la noche, justo después de sufrir un infarto de miocardio, al ver como su equipo de futbol bajaba a segunda división. Con eso, se evitó la humillación de sufrir el lunes, las burlas de sus compañeros de trabajo. Seguí vagando después de despedirme de Eusebio, para ver si me encontraba con algún conocido más. No vi a nadie, pero no me importó, ya que tenía toda la eternidad para esperarlos. Fue entonces, cuando me puse a reflexionar, eso sí, sin prisa, llegando a una conclusión. No hay nada tan solidario como la muerte. Tan equitativa e igual para todos, independientemente de la posición social, o de cualquier otra característica. Nadie, absolutamente nadie, se queda sin su visita.

martes, 11 de junio de 2013

BIENVENIDA A MAMEN MANZANO



Podría  decirte mi nombre, mis años, los concursos en los que he participado, los premios que he ganado o me gustaría ganar.
Podría enumerarte mis estudios, mis trabajos e incluso mis hobbies.
Podría contarte si he publicado algún libro o estoy en ello.
Podría
No obstante, elijo que esta poesía hable por mí, ya que su sinceridad es la mía y ahora la tuya.
Gracias de corazón por formar parte de este lindo proyecto.

Narradora sin fin de historias de vida,
de experiencias personales.
Amasadora de ilusiones y esperanza,
en los momentos de tenue luz.
Restauradora de fantasías,
de cuentos e invenciones maravillosas.
Creadora de escritos sinceros
y palabras como instrumentos de paz.
Jugadora de cartas,
confeccionadas con risas de dulces niños.
Colaboradora en causas
que tocan espíritus.
Nadadora en las aguas cristalinas
que habitan en el corazón.
Triunfadora en afectos,
atesorados en cada rincón de mí ser.
Finalizadora de estas líneas,
con una indudable vocación:
Conversadora, Animadora, Expresadora, Relatadora, Escritora…
Pero siempre, siempre REDACTORA.

viernes, 7 de junio de 2013

DRAZEN PETROVIC-20 AÑOS DESPUÉS





Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la muerte del jugador en una carretera alemana, EDICIONES JC lanza una nueva reedición del libro “La leyenda del indomable”.
El tiempo avanza demasiado deprisa para todos, esta es una verdad incuestionable más allá de elementos subjetivos. Y cuando esto ocurre se corren dos riesgos fundamentales, por un lado que los que vivimos una época tendamos a olvidarla, y por otro que los que nunca la vivieron no la lleguen a conocer. No pretendo con esto mitificar la carrera y el impacto que Drazen Petrovic provocó en los cimientos de un deporte llamado baloncesto. El baloncesto existía mucho antes de que este joven nacido en un pequeño pueblo costero llamado Sibenik irrumpiera con estrépito, y ha continuado desde su muerte seguramente con más fuerza que nunca. Y evitaré en la medida de lo posible entrar en debates siempre estériles de si se trataba del mejor jugador europeo de la historia, el segundo, que si era un pésimo defensor, un especialista, un provocador o un jugador sucio y poco deportivo. El paso del tiempo se convierte normalmente en un filtro inapelable, tan sólo perduran en la memoria los que intentaron realizar algo distinto al resto, los que innovaron. Olvídense de comparaciones, no importan para nada, lo único que no se puede negar es que Drazen, con sus defectos y por encima de todo, era un jugador diferente.
         20 años después y aquí estamos otra vez, dispuestos a recordar a un genio rompedor y único. Los adjetivos ya se agotan, y no todos por supuesto son positivos. Aún siendo repetitivo, expondré alguno de los que se utilizaron, tirando de hemerotecas, en su época de eclosión, allá por la primera mitad de la década de los 80: malencarado, provocador, chulo, histriónico, grotesco, extenuante, esforzado, contumaz, ambicioso, testarudo, locuaz, brillante, irreverente. ¿Quién era en realidad Drazen Petrovic?.............