Título: Recuerdo nebuloso.
Dedicado para los que en ocasiones trabajamos en turnos de noche que muchas veces no sabemos muy bien ni por dónde estamos.
Desde
que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa, no coincidimos en
ningún sitio, ella es tan solo un recuerdo nebuloso.
A veces, alguna mañana cuando llego, todavía
encuentro las sábanas calientes, impregnadas del tibio tacto de su dulce
piel, otras, casi todas las mañanas, me conformo con el almibarado
aroma de su perfume apresado en el interior del ascensor.
Nuestra comunicación es casi inexistente, si
tenemos que contarnos algo importante nos dejamos notas: un te añoro,
azul y en negrita, en el espejo, un compra el pan, amarillo subrayado,
en la entrada, un llamó tu madre, verde en cursiva,
junto al teléfono, un te quiero, rojo y con mayúsculas, en la nevera…
Ayer surgió un imprevisto y terminé temprano el
trabajo, regresé a casa a toda prisa para darle una sorpresa. La
encontré en la penumbra del pasillo, recién levantada; la abrace
apasionado, le di el mejor de mis besos y cuando iba a empezar
a desnudarla me di cuenta.
No era ella.
- ¿Quién eres?- pregunté confuso mientras pensaba:
<< ¿Cuánto tiempo llevaré equivocándome de casa?>>
!Muy bueno jajaja!
ResponderEliminar¡Genial!
ResponderEliminarGracias queridas lectoras y no obstante, amigas. Este relato lopresenté a un concurso y obtuve el mismo resultado de siempre, ¿cuánto tiempo llevaré equivocándome de concursos?
ResponderEliminarBesos a las dos, o a cualquier hora.
Me gusta Angel. Bonito relato, que invita a la reflexión.
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