Es
un trece de Octubre, un Trilce como el nombre de nuestra Asociación Literaria.
Amanece
sin grandes sobresaltos, un día aparentemente muy normal.
Doy
el acostumbrado paseo matutino, con mi siempre dispuesto acompañante perrito de
aguas.
Mientras
disfruto del agradable momento de paz, recuerdo que en un rato me espera un
vermú literario.
Sonrío,
ya que estoy encantada de reencontrarme con mis compañeros de camino escritores
y bastantes amigos queridos.
El
tiempo pasa como en un suspiro y ya me hallo allí, participando en un evento sobre el vino.
Vamos
leyendo nuestros relatos, para deleite del público asistente.
Tenemos
la suerte de contar con una cantante valdemoreña que va amenizando las
narraciones con sus temas.
Entonces
sucede, leen el poema de María. Ese poema que me toca el corazón y hace llorar
mi alma.
Habla
de esa chica, que podrías ser tú o Inés o Paula o incluso yo misma.
El
sinsentido de los malos tratos irrumpe en mi cabeza y los recuerdos martillean,
recordándome que yo también tuve algo de María.
Y
lloro, no de impotencia, sino de pura Empatía.
Porque
cuando escucho la poesía, me siento ella y su dolor es en cierta parte el mío.
La
injusticia hace mella en mí y por un momento, las agresiones físicas y las duras
palabras regresan a mi piel en forma de progenitora.
Y
sé que nadie lo merece…
Surge
la eterna pregunta del porqué o para qué.
Desde
mi siempre renovada esperanza, afirmo que en mi caso me sirvió para avanzar,
huir de aquello, superarlo y ser la persona que soy, la que mira casi todas las
veces para delante.
Escucho
la canción de “María se bebe las calles”, que emana de la dulce voz de Sandra
Castán. Ella llora y yo también. Hemos practicado juntas el ponernos en el
lugar del otro.
Le
agradezco su entrega, su emotividad y ese momento que me regala.
Esa
sensibilidad suya me permite expresar y sacar fuera lo que, de vez en cuando,
aún duele.
Y
da igual, de verdad que da igual…
Porque
se puede, siempre se puede salir y elegir, como en mi caso, vivir el presente y
disfrutar de los que en verdad me quieren y quiero.
¡Gracias
Trilce de Octubre, por esta sorpresa que me tenías preparada!
Desde
luego, quedará grabado en mi memoria como un día sumamente especial.
MAMEN MANZANO
Me alegra que mi relato "Agua" acompañado de la canción Maria se bebe las calles interpretada por Sandra Castán, o viceversa, te haya inspirado este texto.
ResponderEliminarMe apunto esa frase que dice: "Siempre se puede salir y elegir". Es cierta además de contundente, siempre se puede.