TRILCE ISLA LITERARIA

TRILCE ISLA LITERARIA

lunes, 29 de julio de 2013

UNA TARDE CON DRÁCULA. PARTE IV



Esto se pone interesante. Ahora resulta que Drácula era también brujo.
Si al final lo de beber sangre va a venir por ahí…
-No del todo amiga.
-Pues cuenta, cuenta que me tienes en ascuas.
Drácula seguía imponiendo su particular manera de reinar, aun en contra de su propio hermano. Decía que desde que estaba en el trono, su pueblo había recuperado la paz.
Pero la paz de la que hablaba estaba teñida de dolor. Su ambición de poder y de justicia era tan desmesurada, que a cualquier persona que robara o hiciera actos que considerara deleznables, la mataba sin ningún tipo de explicación.
Dicen los habitantes del lugar, que tanto miedo le tenían
que jamás nadie osó robar una copa de oro y diamantes que puso encima de un pozo de su jardín.
Por esa manera tan atroz de gobernar y acabar con los que consideraba enemigos, llegó a conocerse como “El Empalador”, ya que de esa forma tan cruel mataba a sus víctimas.
Encima exhibía los cadáveres por los caminos, para que nadie osase cometer ningún acto delictivo.
-¿Y lo de la sangre?- insisto de nuevo.
-Pues lo de la sangre viene de ahí precisamente, de toda la sangre que se derramó durante su reinado.
Así nació la leyenda del Conde Drácula, aquel niño que jamás superó la muerte de sus padres y con hechizos de brujería o sin ellos, hizo pagar a su país un alto precio.
-¿Y que pasó con él?- le pregunto entre triste y algo asqueada de imaginar tanto horror.
-Pues que al final no era inmortal y murió a manos de sus súbditos y de su hermano.
Conspiraron contra él, porque ya era demasiada sangre para permitirle seguir reinando.
-O sea que el que a hierro mata…
-A hierro muere…
-Una historia muy interesante, no la conocía bajo esa perspectiva Álex.
Gracias por compartirla conmigo.
-Ha sido un placer amiga, pero he de decirte algo.
-¿El qué?
-Que yo no estaba allí, así que todo es posible o imposible según quién lo explique.
Y yo me quedo mirándole con cierta sorna, reconociendo que al final este chaval de 24 años tenía algo pero que  muy interesante, ni más ni menos que la particular historia de un conde de un lugar muy, muy lejano.
Concluyo, que el libro que pretendía leer, no se asoma ni con creces a lo que mi amigo Álex me ha regalado con tan estupendo relato.
Doy fe.

FIN

Mamen Manzano

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